El hambre emocional es la necesidad de ingerir ciertos alimentos como respuesta a un malestar psicológico para intentar atenuar esa incomodidad a través de la comida. Habitualmente se tiende a consumir alimentos ricos en hidratos de carbono, grasas y dulces, como el chocolate o las patatas fritas, y que suelen ser poco saludables.
Debido a la situación actual de cuarentena y confinamiento en nuestras casas, el nivel de ansiedad tiende a aumentar y podemos ser víctimas del hambre emocional.
¿Cómo podemos combatirlo?
- Trabajo personal. Es importante reflexionar sobre el origen de lo que nos provoca la ansiedad o estrés e intentar gestionarlo, superarlo o aceptarlo de la mejor manera posible.
- Controla tus pensamientos. Fíjate una meta alcanzable diaria, sé tolerante con tus objetivos ya que plantearte un reto difícilmente asequible va a generar una mayor frustración. Céntrate en lo positivo, sé constructivo y evita el sentimiento de culpabilidad. Evade los pensamientos rumiadores de incertidumbre, de desesperanza o de problemas que no puedes dar una solución.
- Establece una rutina y mantén la mente ocupada con cualquier actividad sencilla que te guste: leer, pintar, escribir, cocinar, estar en familia…
- Practica ejercicio físico diario en casa, como andar, bailar, bicicleta estática, tablas de tonificación, sentadillas… El deporte reduce la ansiedad y genera endorfinas naturales que aumentan el optimismo y la sensación de bienestar. Existen múltiples plataformas de ejercicios online, YouTube, influencers o aplicaciones móviles que están prestando sus servicios de manera gratuita, busca la que te sea más cómoda o útil.
- Practicar mindfulness, meditación o yoga, nos ayudan a relajarnos, a buscar el equilibrio cuerpo-mente y mejoran nuestra calidad de vida.
- Descansa y respeta el horario de sueño. Aprovecha para cuidarte más que nunca y mimar tu piel, incorporando nuevas rutinas de belleza que no solemos hacer por falta de tiempo o por pereza.
- Toma frutas y verduras. Contienen nutrientes esenciales, vitaminas y antioxidantes que ayudan a nuestro sistema inmunitario y al correcto funcionamiento de nuestro organismo.
- Evitar el azúcar. El consumo de dulce y grasa está muy relacionado con el hambre emocional, evita tener estos alimentos en casa (galletas, chips…) para que no supongan una tentación y opta por snacks más saludables, como barritas de zanahoria o una pieza de fruta.
- Bebe agua, por lo menos 1,5 – 2 litros diarios, puede ser sola o con limón. Hidrata y purifica el cuerpo.
- Toma infusiones detoxificantes sin teína como roibos, jengibre, regaliz… Sacian y disminuyen el apetito, ayudan a la retención de líquidos y a detoxificar el organismo.
- Evita los estimulantes como coca-colas y cafés así como el alcohol y tabaco, ya que aumentan el nivel de ansiedad y te harán sentir peor.
- Ingiere alimentos ricos en triptófano. El triptófano es un aminoácido precursor de la serotonina (neurotransmisor que modula la conducta) y melatonina (hormona antioxidante que influye en el ciclo del sueño), y ambos ayudan a relajarnos. Los lácteos tienen alto contenido de triptófano, por lo que los yogures desnatados o el queso fresco bajo en grasa podrían ser buenas opciones para controlar el hambre emocional.
¡Esperamos haberte ayudado!