¿Cuáles son los principios activos más interesantes en cosmética médica?
Fotoprotección SPF50+: es el producto más importante de la rutina facial y del cual no podemos prescindir. No solo previene la aparición de manchas, arrugas y una piel fotoenvejecida, además evita que tengamos lesiones cutáneas malignas (como carcinomas o melanomas) a largo plazo por la exposición solar.
En el caso de antecedentes de hiperpigmentaciones o melasma, es recomendable aplicar un filtro solar que proteja no sólo contra la radiación UVA y UVB, sino además contra el espectro de la luz visible (ELV o luz azul) e infrarrojo (IR).
Retinol: es el principio activo de mayor interés ya que actúa como “transformador de la piel”. Tiene 3 efectos principales: antiedad (gracias a que induce la producción de colágeno, alisa el poro y retexturiza la piel), antimanchas (unifica el tono, aporta luminosidad) y antiacné (regula la producción de sebo). Dependiendo del tipo de piel y de su concentración puede variar su tolerancia, y es posible aplicarlo incluso en pieles sensibles adaptándolo a cada caso.
Es un producto que al inicio puede irritar la piel, por lo que es recomendable aplicarlo por la noche de manera alterna e ir aumentando progresivamente su exposición, para que la piel vaya “acostumbándose” o “retinizándose”. Paralelamente al uso del retinol, es imprescindible aplicar SPF50+ por la mañana, y utilizando correctamente el fotoprotector, es posible (y deseable) mantener la aplicación del retinol también en verano.
Vitamina C: es el antioxidante más conocido en cosmética, aunque no es el único (ácido ferúlico, vitamina E, resveratrol, etc…). Este principio activo reduce el estrés oxidativo y retrasa el envejecimiento celular, aporta luminosidad de forma instantánea y estabiliza el melanocito, logrando un tono de la piel más uniforme.
Alfahidroxiácidos (AHA): el más popular es el ácido glicólico, aunque existen otros en el sector (láctico, cítrico, etc…). Tienen un efecto exfoliante, mejoran la textura y luminosidad cutánea. Se consideran bastante seguros en el embarazo ya que su acción se limita a la capa más superficial de la piel (epidermis) sin llegar a penetrar en profundidad.
Ácido salicílico (Betahidroxiácidos, BHA): tiene un efecto antiacné ya que regula la producción de sebo y ayuda al drenaje de las glándulas sebáceas. Además, comparte con los AHA su efecto exfoliante y “alisador” sobre la capa epidérmica.
Niacinamida: tiene un efecto antiinflamatorio, seborregulador, calmante e hidratante inmediato. Tras varias semanas de su uso, reestablece la función barrera de la piel, mejora la hiperpigmentación post-inflamatoria (por ejemplo, la que aparece tras tener acné) y aporta luminosidad.
Ácido hialurónico: este ingrediente contribuye a la hidratación de la piel. Para obtener un resultado visible sobre las líneas de expresión, es necesario esperar varias semanas.
Dependiendo del tipo de piel y patologías de cada persona, valoramos el caso y recomendamos una rutina domiciliaria adecuada para lograr una piel radiante y saludable.